Para acceder a un conjunto habitacional ubicado en el sector Nor-Poniente de la ciudad de Punta Arenas, era necesario pasar sobre un terreno conformado por suelos compresibles y de muy baja capacidad de soporte (mazacote[9] y turba[2] [5]).
Para materializar la construcción de la calle, se proyectó como solución constructiva un terraplén reforzado con Geomallas Biaxiales. Se realizó un análisis de estabilidad y se elaboró un modelo geotécnico simplificado para estimar el asentamiento teórico esperado.
Además, para acelerar el proceso de consolidación, se colocó una pre-carga, constituida por una base granular estabilizada, la que sería utilizada a su vez como carpeta de rodadura. En el terraplén, se tomaron lecturas topográficas en superficie y se evaluó su comportamiento en el tiempo.
Una vez corroborado el cese de los movimientos verticales del terraplén, se procedió al retiro de la pre-carga y se materializó el proyecto de pavimentación, cumpliendo con el factor de seguridad establecido para su buen desempeño y durabilidad según el diseño propuesto.